Estoy
triste por ti
pero
más que triste por ti, estoy triste por mi.
Porque,
cuando bridaba por ti,
También
brindaba por mi, mi amiga.
Y
ya han pasado diez años:
piensa en diez caídas.
en diez veces sueños sobre papel
en preguntar hasta diez
con quien,
cómo,
por qué.
Piensa en justo antes de empezar a morir.
Uno, dos, diez.
Y
ahora,
sentadas en las fachadas de nuestras vidas,
con la copa en alto,
gracias a Instagram, sabemos por qué brindar:
los amores, los logros, los subidones.
¿Y qué te queda?
Porque cuando todo va bien algo te falta.
Madurar
era eso:
Estar ahí con un plan. Poner el desorden boca abajo,
ocupando el espacio justo, junto a las cajas del pescado que se
pudre.
Pero
mientras tú me hablabas, he pensado en nosotras.
En el batir de alas.
En las horas que construyen un prólogo sobre la superficie herida.
En cuánto tiempo hace que ya no escribo.
Y en que, sin embargo, eso también es la vida.
/// ENGLISH VERSION ///
Childhood friends
I'm sad for you
but more than
sad for you, I'm sad for me.
Because when I
toasted for you,
I also toasted
for me, my friend.
And ten years
have passed:
think
of ten falls ...
of
ten times dreams on paper
of
asking till ten
with whom,
how,
why.
Think
about right before we starting dying:
One, two, ten.
And now,
sitting
on the front porch of our lives,
we
raise our glass,
and
thanks to Instagram, we know why to toast:
for the loves, for the achievements, for
the highs.
And
what do you have left?
Because
when everything goes well, something is missing.
To mature
was that:
To
“be there” with a plan. To put the disorder upside down, occupying the minimum space
right next to the boxes of the rotting fish.
But, while you
were talking to me, I thought of us.
Of
the flapping of wings.
Of
the hours that build a prologue on the wounded surface.
Of
for how long I haven’t been writing.
And that, despite everything, that is
also life.