Anoche te vi con mi edad
con mi edad y ya mi madre
tan joven, con la gravedad instalada permanentemente
en tus ojeras
Niña, ven, échame una mano que no me he sentado en todo
el día. Los platos, la mesa y que no quede ni una mota en la encimera de la
cocina
Niña, mira qué gruesas las nubes. Aquí donde Lunes y
trabajo son sinónimos de derrota. Aquí donde todos los poemas se terminan
cuando ya no eres bella.
Niña, come estómagos,
Niña, súbete al tejado y cuando veas un hueco entre
las nubes, salta con todas tus fuerzas.
*
Mamá, anoche, mientras ponías el agua a hervir para las
judías de la cena y te estirabas de puntillas para bajar las persianas de la
ventana de la cocina, ¿pensaste en mi?
¿Me viste, ahí a lo lejos, bajando por las escaleras
de la estación de Liverpool Street?
Mocasines negros, pelo lacio, pantalón de pinza, ceniza
en los ojos
¿Me viste?
Desde la ventana de la cocina se me debe de ver con clase
¿Estas contenta ahora con lo que he ha hecho tu niña
con la vida que le diste?
Desde fuera, te niegas a creer en la fealdad. Cruzo
las piernas para beber té, camino por moquetas con zapatos de tacón.
Desde dentro, espero mi turno tras hombres con traje
para pedir café en el puesto del andén de la estación, bajo la lluvia y sin
paraguas porque la humedad ya ni duele aunque cale hasta los huesos.
*
Cuando salté a mi nadie me avisó de que el desclase
era esto,
junto al frío de los sonidos mecánicos de los
vagones
del tren,
cada mañana,
lejos de
vuestra risa,
entre tanta
gente.
Anoche, mientras tu cocías judías y la noche caía en
las cañas de los bares de la City de Londres,
miré hacia atrás y pude contar veinte años:
tres
en clases de inglés
dos
aprendiendo modales nuevos
cuatro
en la Universidad
diez
en un trabajo normal
uno
intentando la frivolidad
Veinte anos trazando un camino a tientas de vidas nuevas,
más arriba, más felices,
veinte años huyendo del fracaso,
Y ahora, esta soledad.
*
ENGLISH VERSION
*
Last evening, I saw you with my age
You with my age and already my mother
So young, with the gravity permanently installed in your dark
circles
Girl, come, give me a hand for I haven’t sat in all day.
The dishes, the table and not even a speck on the kitchen counter
Girl, look how thick the clouds are here. Here where Monday
and work are synonymous with defeat. Here where all the poems end when you are no
longer beautiful.
Girl, eat guts.
Girl, get on the roof and when you see a gap between the
clouds, jump with all your strength.
*
Mom, last night, while you put the water to boil for the beans
of the dinner and you stretched on your tiptoes to lower the shutters of the
kitchen window, did you think of me?
Did you see me, down there in the
distance, going down the stairs at Liverpool Street station?
Black moccasins, straight hair, suit trousers, ash in the eyes
Did you see me?
From the kitchen’s window it must
seem that I have class
Are you happy now with what your girl has done with the life
that you gave her?
From the outside, you refuse to
believe in ugliness. I cross my legs to drink tea, I walk on carpets with high
heels.
From the inside, I wait for my turn
after men in a suit to order coffee at the station platform, under the rain and
without an umbrella because the dampness no longer hurts even if it calms down
to the bones.
*
When I jumped nobody warned me that social mobility was this,
By the cold of the mechanical
sounds of the wagons
of the train,
every morning,
away from your
laughter,
among so many
people.
Last night, whilst you were boiling beans and the night fell
on the pints of the bars of the City of London,
I looked back and I could count
twenty years:
Three in
English classes
Two learning
new manners
Four in the
university
Ten in a
normal job
One trying the
frivolity
Twenty years drawing a line of new lives, higher, happier.
Twenty years running away from defeat,
And now, this loneliness.
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