Sunday, 26 February 2017

Fracaso, desclase, soledad

Anoche te vi con mi edad
con mi edad y ya mi madre
tan joven, con la gravedad instalada permanentemente en  tus ojeras

Niña, ven, échame una mano que no me he sentado en todo el día. Los platos, la mesa y que no quede ni una mota en la encimera de la cocina

Niña, mira qué gruesas las nubes. Aquí donde Lunes y trabajo son sinónimos de derrota. Aquí donde todos los poemas se terminan cuando ya no eres bella.

Niña, come estómagos,

Niña, súbete al tejado y cuando veas un hueco entre las nubes, salta con todas tus fuerzas.

*
Mamá, anoche, mientras ponías el agua a hervir para las judías de la cena y te estirabas de puntillas para bajar las persianas de la ventana de la cocina, ¿pensaste en mi? 

¿Me viste, ahí a lo lejos, bajando por las escaleras de la estación de Liverpool Street?

Mocasines negros, pelo lacio, pantalón de pinza, ceniza en los ojos

¿Me viste?

Desde la ventana de la cocina se me debe de ver con clase

¿Estas contenta ahora con lo que he ha hecho tu niña con la vida que le diste?

Desde fuera, te niegas a creer en la fealdad. Cruzo las piernas para beber té, camino por moquetas con zapatos de tacón.

Desde dentro, espero mi turno tras hombres con traje para pedir café en el puesto del andén de la estación, bajo la lluvia y sin paraguas porque la humedad ya ni duele aunque cale hasta los huesos.

*
Cuando salté a mi nadie me avisó de que el desclase era esto,
           
junto al frío de los sonidos mecánicos de los vagones
del tren,
cada mañana,
lejos de vuestra risa,
entre tanta gente.

Anoche, mientras tu cocías judías y la noche caía en las cañas de los bares de la City de Londres,

miré hacia atrás y pude contar veinte años:
tres en clases de inglés
dos aprendiendo modales nuevos
cuatro en la Universidad
diez en un trabajo normal
uno intentando la frivolidad

Veinte anos trazando un camino a tientas de vidas nuevas, más arriba, más felices,

veinte años huyendo del fracaso,

Y ahora, esta soledad.  


*
ENGLISH VERSION
*


Defeat, social mobility, loneliness


Last evening, I saw you with my age
You with my age and already my mother
So young, with the gravity permanently installed in your dark circles

Girl, come, give me a hand for I haven’t sat in all day. The dishes, the table and not even a speck on the kitchen counter

Girl, look how thick the clouds are here. Here where Monday and work are synonymous with defeat. Here where all the poems end when you are no longer beautiful.

Girl, eat guts.

Girl, get on the roof and when you see a gap between the clouds, jump with all your strength.

*
Mom, last night, while you put the water to boil for the beans of the dinner and you stretched on your tiptoes to lower the shutters of the kitchen window, did you think of me?

Did you see me, down there in the distance, going down the stairs at Liverpool Street station?

Black moccasins, straight hair, suit trousers, ash in the eyes

Did you see me?

From the kitchen’s window it must seem that I have class

Are you happy now with what your girl has done with the life that you gave her?

From the outside, you refuse to believe in ugliness. I cross my legs to drink tea, I walk on carpets with high heels.

From the inside, I wait for my turn after men in a suit to order coffee at the station platform, under the rain and without an umbrella because the dampness no longer hurts even if it calms down to the bones.

*

When I jumped nobody warned me that social mobility was this,
        
By the cold of the mechanical sounds of the wagons
of the train,
every morning,
away from your laughter,
among so many people.

Last night, whilst you were boiling beans and the night fell on the pints of the bars of the City of London,

I looked back and I could count twenty years:
Three in English classes
Two learning new manners
Four in the university
Ten in a normal job
One trying the frivolity

Twenty years drawing a line of new lives, higher, happier.

Twenty years running away from defeat,

And now, this loneliness.



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